Historia de un blog

En tiempos de crisis, los mercados se contraen, el paro galopa, las cabezas se agachan y los ánimos decaen. Quizás cuando empezó esta crisis debería de haberme metido en una trinchera y no asomar los ojos, pero en lugar de eso decidí conocerla, mirarla a los ojos y atacarla con todas mis fuerzas. A veces me pregunto, ¿qué puede hacer una pequeña aguja contra una crisis global?, la respuesta es obvia, bien poco. Sin embargo he decidido combatir, usando la fuerza de las palabras.

Y así empecé a escribir cuentos para superar la crisis, y cuento a cuento fue tomando forma un libro titulado “El deambular del Caballero y otros cuentos para superar las crisis empresariales y personales”, libro que busca editor. Sin embargo, algunos de estos cuentos y otros escritos he decidido compartirlos a través de mi blog y artículos de prensa que se han publicado en periódicos como: El País, La Vanguardia, La Voz de Galicia y El Faro de Vigo y La Opinión A Coruña, acabando uno de ellos titulado “un barco llamado capitalismo” en los pupitres de los alumnos mayores de 25 años de Andalucía que se examinaban de selectividad para acceder a la Universidad.

La mayor parte de estos escritos acaban siendo reciclados con sus periódicos, o permanecen ocultos en el ciberespacio, sin embargo durante su efímera vida algunos de ellos se unen a otros muchos y juntos forman una corriente de opinión, otros calan en un lector y se empapa de ellos y otros acaban siendo agua de borrajas.

Sin embargo, hay algunos especiales con historias especiales detrás y voy a contar algunas de ellas.

Un día la empresa AstraZéneca decide enviar a 113 trabajadores gallegos al paro, asustado por la idea de que las empresas rentables despidan a sus trabajadores, escribí una carta a los periódicos Faro de Vigo y La Voz de Galicia titulada, AstraZéneca ¿deslocalización o dislocación?, dicha carta fue recogida en un blog en el que se demandaba una solución a la causa de AstraZéneca, y un día me llego un email de agradecimiento de un trabajador de Biofabri, antes Astrazenca, agradeciéndome el apoyo recibido, en el cual me decía lo siguiente:

“A mi personalmente, en momentos en los que dudas si estás haciendo lo correcto y surgen dudas, el apoyo público de alguien a quien no conozco me resultó vital, además la carta publicada en Faro de Vigo es de las que hacen daño a las multinacionales simplemente porque dice la verdad. Sinceramente gracias.”

Esta es una historia con final feliz. Sin embargo aunque la presión sindical en el caso de AstraZéneca fue un medio eficaz, que culmino con una solución razonable, la presión sindical ejercida en el sector naval fue a mi entender desproporcionada y puso en riesgo a todo un sector como el naval, fue en esta tesitura como surgió El flautista sindicalista publicado en La Voz de Galicia el 21 de junio y en El Faro de Vigo del 30 del mismo mes, finalmente el 7 de julio el metal reanudo su actividad tras 26 días de huelga, en medio de fuertes discrepancias entre los propios sindicatos y entre muchos trabajadores que exigían su derecho al trabajo.

En otras ocasiones mis escritos se unieron a otros muchos para criticar la descoordinación en las ayudas a la automoción, ayudas que finalmente se adelantaron a la fecha prevista para evitar que en el mes de mayo no se vendiera un solo vehículo, o el lamentable caso de la prolongación de los subsidios, donde se discriminaba a los parados que habían agotado sus prestaciones antes del 1 de agosto y que finalmente se ampliaron a todo el año, aunque se abandono a su suerte a los parados de más larga duración y probablemente más necesitados de ayudas.

En Pandora, su caja y el déficit de la caja del Estado decía que si bien algunas de las medidas tomadas por el gobierno pueden mitigar la crisis, y ayudar a la reactivación económica, mi mayor preocupación es que de la caja estatal salga una hipoteca que tardemos décadas en amortizar, hipotecando las futuras generaciones en la amortización de unas deudas con las que enmendar los desaguisados de la generación de sus progenitores. Este artículo se publico en el Faro de Vigo el 1 de agosto de 2009 y en La Voz de Galicia el 4 del mismo mes y no tuvimos que esperar mucho para ver como el déficit se hacía insostenible y se nos pasaba la factura vía subida de impuestos.

En otras ocasiones me centraba en la especulación, en la falta de imputación de responsabilidades, en la corrupción, en la falta de consensos a todos los niveles, tanto entre los políticos, como entre los agentes sociales, así como en las continuas declaraciones de estos que lo único que hacen es minar la confianza de consumidores y empresarios y que lastran la recuperación económica.